Busco las palabras para dar la bienvenida a este espacio renovado, y me topo con la sensación de estar saliendo de la crisálida. De nuevo salgo a la luz, pero transformada.

Siento que estoy en otra etapa, que no es sino un fragmento más allá de la misma línea continua… Hace unos años, “ConóceTe” salió del cascarón como un gusanito diminuto, frágil, que avanzaba despacio. “ConóceTe” era el traje, pero debajo estaba yo, con mis dudas, mis inseguridades, mis torpezas, y también con mi valentía, mi ilusión y mi fuerza. Me sentía poca cosa en esto de ser terapeuta, pero seguí avanzando. Me encontré con hojas verdes y nutritivas que me alimentaron. Seguí explorando, incorporando aquello que me hacía crecer y poco a poco fui ganando envergadura, aunque aun era una oruga que necesitaba una superficie donde apoyarse para poder avanzar.

Después de un tiempo de incorporar cosas, llegó el momento de replegar, de parar y de estar hacia dentro. Una desconexión que ha permitido la transformación que da vida. Y así, después de gestar y gestar-me, vuelvo al mundo más ligera, sin tanto equipaje que pesa y me impide un movimiento espontáneo y genuino. Vuelvo con confianza en mi. Vuelvo con ganas de seguir dando vida, esta vez a propuestas y proyectos que movilicen y me movilicen. Salgo de mi crisálida llena de color y con ganas de volar.

Y esto es lo que quiero transmitir con el nuevo traje de “ConóceTe”. Vida, ligereza, movimiento, creación.

Hablo de volver, aunque nunca me he ido. La esencia es la misma, pero el baile es otro.